Fue el tercer round el definitorio, pero independientemente del resultado finalmente obtenido de la consulta entre los trabajadores de la Volkswagen de México, lo que ocurrió desde julio sentará un precedente en las revisiones salariales y contractuales del país.

Y es que las reformas a la Ley del Trabajo condicionaron las negociaciones entre una empresa con su sindicato, tal como durante décadas ocurrió en México, donde una vez que los líderes de la base trabajadora concluían un acuerdo con los directivos de las empresas, por trámite se informaba y se hacía efectivo.

Ahora surgió un modelo en el cual, después de llegar a una conclusión en la negociación como es el incremento salarial y de prestaciones, éste se debe someter a votación libre y secreta para ratificarlo o en su caso, desecharlo.  Y ya vimos el antecedente de la Volkswagen en esta revisión donde se acordó un 11% de aumento global.

Lo que se observó por semanas en el caso Volkswagen es que supuestos agentes externos pueden influir para desestabilizar el acuerdo.  Se mostró que este esquema sí pone en el centro al trabajador y que no es ni la empresa ni el sindicato quienes tienen la última palabra.

Quedaron atrás aquellas negociaciones bajo la mesa y en lo oscurito entre la empresa y el líder sindical (muchas veces charro) que, a nombre de los trabajadores, aceptaba el acuerdo, aunque este no resultara benéfico para la base trabajadora.  

Pero también quedó en evidencia que si el resultado de la consulta de confirmación es opuesto a lo esperado, podrá venir una, dos, tres consultas o las que sean necesarias hasta que el resultado se ajuste a lo que se espera.

Si bien el aumento de 11% resulta atractivo en medio de condiciones macroeconomicas adversas por la ambivalencia de los mercados internacionales, las nuevas reglas constitucionales sentarán un precedente negativo por la forma cómo se manejó dicho acuerdo.

Se evitó una huelga, pero se dejó en claro que estas podrían ser una amenaza constante. Independientemente del resultado ya por todos conocido, será difícil que en cada negociación salarial no se recuerde el efecto Volkswagen que se puede presentar, para bien o para mal.